Todos absolutamente todos hemos comido vainillas en nuestra infancia, quién no habrá dejado media vainilla en una taza de chocolatada? Sobre todo nosotros, los niños de los 80s/90s, la generación pre-Oreos supimos disfrutar, si te digo “Capri-Capri” y eso dispara un recuerdo en tu memoria, sabelo que sos vintage.
Como muchas cosas que consumimos en nuestro día a día las vainillas tienen su origen en la pastelería europea, la versión más aceptada dice que el creador de esta maravilla tan simple es el chef Marie-Antoine Carême quien las utilizaba para muchos de sus postres. En ese momento se llamaba “Biscuit à la Cuillere” -bizcocho a la cuchara- porque les daba forma con cucharas en vez de las mangas como hoy.
Dos de los postres más famosos que se hacen con vainillas son el Charlotte y el Tiramisú, y la variante argenta que se conoce como “postre borracho” y acá te digo que hay tantas variantes como familias casi. El postre borracho es EL postre preferido de mi marido y la versión que me enseñó mi suegra es: vainillas empapadísimas en moscato y postre de chocolate de paquetito. Listo, ahi terminó la magia.
Una vez se me ocurrió -recién salida del Instituto de Pastelería, creyendo que podía hacer la mejor versión de cualquier postre- hacer MI versión “pro” del postre borracho.
Había hecho las vainillas artesanales, había hecho un bavaroise de chocolate con un chocolate -de verdad- riquísimo y encima tenía una presentación de puta madre. No hice más que ponerlo en frente de marido para que lo pruebe y me diga: “está bien…pero me gusta más el original”. No te puedo explicar la furia, pero entendí que ese postre no le evocaba ningún recuerdo de su infancia ni despertaba ninguna emoción guardada en lo mas profundo de su inconsciente. Así que me rendí y todos los años le hago para su cumpleaños su postre preferido: galletitas industriales borrachas con un polvito automágico que dice tener sabor a chocolate. 🤷♀️ Porque el corazón es así, tiene razones que la razón no entiende. (ahhh pero qué cultura tiene esta chica, te tira frases de Pascal, y no es Pedro!). A marido le gustan otros postres que hago, sé que no hay en su corazón y en su estómago un budín o una pasta frola que le gane a los míos, y está bien…cada sabor tiene una correlación con un recuerdo, con un momento y con una magia que queremos volver a sentir cada vez que los probamos.
Bueno, suficiente con la cháchara…vamos a la receta?
Te cuento un datazo, para preparar esta receta asegurate que los huevos estén a temperatura ambiente, eso los va a ayudar a montar más rápido y generar una estructura esponjosa mucho más resistente.
Si querés que las vainillas te queden crocantes por fuera y esponjosas por dentro, tamizá azúcar impalpable por encima de ellas justo antes de mandarlas al horno, y también podés rociarle agua y eso junto con el azúcar hará una caramelización en el horno y quedarán brillosas y crocantes.
Vainillas
Equipamiento
- 1 Batidora
- Bowl
- Espátula de goma
- 2 Placa de horno
- 2 Mat de silicona
- 1 Pico redondo liso aprox 2cm de diámetro
Ingredientes
- 4 unidades Yemas
- 4 unidades Claras
- 100 gr Harina 0000
- 100 gr Azúcar común
- 3 ml Extracto de Vainilla
- Azúcar impalpable cantidad necesaria
Instrucciones
- Precalentar el horno a 200ºC y preparar 2 placas de horno enmantecadas o con mats de silicona
- Tamizar la harina y reservar.
- Batir las yemas, junto con un tercio del azúcar y el extracto de vainilla hasta que estén espumosas y el color sea un amarillo pálido y clarito.
- Batir las claras, ir agregando el resto del azúcar en forma de lluvia hasta llegar al punto nieve.
- Tomar un poco de las claras batidas a nieve e incorporarlas con movimientos envolventes al batido de yemas.
- Luego de alivianar un poco el batido de yemas, agregarlo a las claras a nieve también con movimientos envolventes para tratar de conservar la mayor cantidad de burbujas de aire que incorporamos en el batido.
- Agregar la harina en forma de lluvia en 2 partes e ir integrando con movimientos envolventes.
- Colocar la preparación en una manga con un pico redondo liso.
- En la placa para horno realizar bastones de entre 8 y 12 centímetros separados por 2cm aproximadamente.
- Espolvorear los bastones con azúcar impalpable 2 veces.
- Llevar al horno y hornear a 200ºC. de 10 a 12 minutos.
- Una vez que pase ese tiempo, podemos abrir el horno y tocar con la yema del dedo índice la vainilla. Si la masa vuelve a tomar su forma ya está lista, si en cambio el dedo queda marcado y la masa hundida, cocinar unos minutos más.
Hace tiempo empecé a usar placas micro perforadas y no hay vuelta atrás, además de que las cocciones se hacen mas parejas y el calor se distribuye mejor, te quedan con un diseño precioso, bah no sé…a mi me gusta! A vos?
Espero que esta receta te haya gustado y la pruebes, seguramente mas adelante suba recetas de postres con este glorioso tipo de biscuit…o sobre otros tipos de biscuits, hay un montón, sabías?
En fin, si me dejás me voy por las ramas…de nuevo, espero que el contenido que estoy generando te sirva de ayuda o al menos te entretenga un rato. Si considerás que es bueno o que puede ayudar a alguien, podrías compartirlo porfa? Cada vez que compartís o comentás mi contenido me das la posibilidad de llegar a mas personas y acercarles esta información 🙂 Desde ya, mil gracias y nos estamos leyendo!
